A UNIÃO INDIVISÍVEL DOS TRÊS SAGRADOS CORAÇÕES

São José

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quinta-feira, 3 de janeiro de 2013

LLAMADO DE MARÍA SANTIFICADORA A LA HUMANIDAD


 


¡OH QUE EQUIVOCADOS ESTÁN LOS QUE PIENSAN QUE EL CIELO Y EL INFIERNO
ESTÁN EN LA TIERRA!

DICIEMBRE 31 DE 2012 3:20 P.M.

LLAMADO DE MARÍA SANTIFICADORA A LA HUMANIDAD
Hijitos de mi corazón, la paz de Dios esté con vosotros.
Un año más que está por terminar y Dios sigue esperando pacientemente a que la humanidad se acoja a su misericordia. Si supierais la tristeza que hay en nuestros corazones al ver la indiferencia e ingratitud de la inmensa mayoría de la humanidad. Dios no quiere vuestra muerte y busca por todos los medios a que os reconciliéis con Él, para que mañana podáis gozar de la vida eterna. ¡Oh, qué humanidad tan dura de cerviz, la de estos últimos tiempos!. ¡Continuáis vendados por el pecado, continuáis dándole la espalda al Dios de la vida!.


¡Entended, humanidad que la vida en este mundo es pasajera, todo tiene un principio y un fin, nada es eterno, todo nace, crece y muere, el ciclo de la vida en este mundo es nacer y morir!. Todo pasa como un sueño en este mundo, la verdadera vida o muerte os espera en la eternidad. Si volvierais a Dios de corazón y os arrepintierais, os aseguro que no tendríais que conocer el rigor de la justicia divina; acordaos que la justicia de Dios dará a cada cual según sus obras. Yo os pregunto: ¿Si tenéis obras de amor para presentaros ante Dios?. No se os olvide que seréis juzgados en el amor y la inmensa mayoría de vosotros vive en el pecado y el desamor, si seguís como vais, vuestro destino será la muerte eterna.
¡Oh qué equivocados están los que piensan que el cielo y el infierno están en la tierra!. No hijitos, este mundo en que vivís es solo una etapa, el final está en la eternidad. Aquí es el comienzo y son vuestras obras, vuestra fe y vuestro amor, las que mañana os darán el paso a la vida o a la muerte eterna. Dios es amor y misericordia y no es Él, quien os condena, sois vosotros los que decidís según vuestro comportamiento en esta tierra el lugar que os corresponderá mañana. ¡La vida o la muerte eterna os espera, vosotros decidís!.
Hijitos rebeldes, recapacitad y volved a Dios de corazón, mirad que el tiempo ya no es tiempo y que estáis viviendo las últimas campanadas de misericordia que muy pronto se consumirán. Pensadlo y decidíos de una vez para que mañana no tengáis de qué lamentaros; acogeos lo más pronto posible a la misericordia divina para que no tengáis que conocer el peso de su justicia. Vuestra Madre, María Santificadora.
Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.