A UNIÃO INDIVISÍVEL DOS TRÊS SAGRADOS CORAÇÕES

São José

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sábado, 5 de janeiro de 2013

REFLEXIÓN DE FIN DE AÑO 2012


REFLEXIÓN DE FIN DE AÑO 2012

Vamos a cerrar el calendario. No es uno más, sino el que marca el instante espiritual para el hombre.
Sabedores de cuanto va a acontecer en el instante que determine la Voluntad de Dios, tenemos claro que no serán unos los que padecerán, sino… toda la humanidad.

Las calamidades causadas por la naturaleza dejarán perplejos a los hombres, y esto nos debe alertar. Pero más que esto, la calamidad se mantiene en la Tierra, caminando entre los seres humanos que no perciben la maquinaria que el anticristo mueve en las mentes de los hombres, construyendo la masificación de la humanidad, y así insertarse mediante mecanismos sutiles, en la mente.


La dispersión espiritual es tal, que el hombre convive en concordancia con las acciones en contra de la moral y  la decadencia de toda índole.  La conciencia ha sido opacada por el libre albedrío mal empleado, continúa en el letargo más profundo.

Ante este panorama y ante la realidad de una Tercera Guerra Mundial,  ante la conformación de un estado y moneda única, y ante el cisma que la Iglesia llevará sobre sus espaldas, todo ello dará por resultado la escena que nos es descrita en los Evangelios y libros de historia, en donde los inocentes perdieron su vida y fueron mártires de los tiranos. Así mismo la historia se repetirá como consecuencia de las desobediencias a los pedidos de la Madre Santísima que desea detener la expansión del comunismo y sus horrores, en sus diferentes facetas, cada vez más terroríficas.

No es un calendario que se cierra, sino que se abre de parte de Cristo la oportunidad de que el hombre dé un salto dimensional, y penetre unido a Cristo y a la Madre Santísima, en el desarrollo del conocimiento que estaba preparado para este instante, no para otro, sino para éste ante la Segunda Venida de Cristo.

Cada uno con su esperanza y firmeza, vivirá el instante venidero como una bendición, bendición que deseo verdaderamente para que  nos una a todos en un solo Corazón al iniciar esta Nueva Etapa, por y para Cristo y Nuestra Madre Santísima.

Luz de María.