A UNIÃO INDIVISÍVEL DOS TRÊS SAGRADOS CORAÇÕES

São José

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quarta-feira, 17 de junho de 2015

SAGRARIO PARROQUIA SAN CLEMENTE – MEDELLÍN - COLOMBIA LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A SU PUEBLO FIEL

 
¡EL SANTO ROSARIO A MI MADRE, SERÁ EL PUENTE QUE OS COMUNICARÁ CONMIGO EN LOS DÍAS DE LA GRAN TRIBULACIÓN!
Junio 3 de 2015 – 3:45 p.m.

SAGRARIO PARROQUIA SAN CLEMENTE – MEDELLÍN - COLOMBIA

LLAMADO DE JESÚS SACRAMENTADO A SU PUEBLO FIEL
Hijos míos, paz a vosotros.
Qué alegría siento al veros aquí congregados esta tarde en torno a mi custodia. Aquí estoy como un mendigo de amor, esperando que cada uno de vosotros me haga compañía. La soledad me embarga en muchos de mis recintos sagrados; hacedme amados míos, actos de desagravio para que mitiguéis el dolor que siento por la indiferencia de tantos que dicen amarme, pero no tienen tiempo para venir a visitarme y platicar conmigo; acordaos que soy vuestro Padre, hermano, Amigo, Consejero y ante todo vuestro Dios. Hijos ingratos, no paséis de largo por mis casas, entrad a visitarme y consolarme y yo os daré mi bendición.
¡Oh, cuántas gracias y bendiciones pierden muchos de mis hijos por vivir a las carreras y no tener tiempo para visitarme y acompañarme al menos un momento!. Si fuerais sensatos os acercarías a Mí y calmaríais vuestra sed en la fuente de mi misericordia que siempre os está esperando en el silencio de cada Sagrario. Pero no, la inmensa mayoría de esta humanidad está ciega, sorda y muda, ante mi presencia Viva y Real en cada Tabernáculo.


¡Oh humanidad ingrata y pecadora, se acercan los días en que ya no me encontraréis en el silencio de cada Sagrario, porque mis Casas van a ser profanadas por los hijos de la oscuridad! ¡Qué tristeza siento al saber que nuevamente seré traicionado y entregado en manos de mis opresores, por muchos que hoy dicen ser mis familiares!. Millones me darán la espalda mañana por temor a morir; me traicionarán y negarán ante mis opresores, diciendo no haberme conocido. En verdad nuevamente os digo: El que quiera salvar su vida la perderá, mas el que la pierda por Mí, la encontrará (Mt 16, 25); porque muchos son los llamados y pocos son los elegidos (Mt 22. 14).
Hijos míos, de nuevo me embarga la tristeza y la soledad; venid a mis Sagrarios y velad conmigo, porque vendrán los días en que ya no me encontraréis en el silencio de mis tabernáculos. Mis Casas van a estar cerradas, mi culto diario suspendido y mi Cuerpo y mi Sangre profanados por los emisarios del mal al servicio de mi adversario. Tiempos de oscuridad se aproximan, orad y velad, para que no caigáis en tentación; la noche está cerca, nuevamente herirán al Pastor y las ovejas se dispersarán.
Rebaño mío, no os entristezcáis, yo no os abandonaré; en los tiempos de la gran tribulación mi Madre será el Sagrario donde permaneceré; ella, mi Madre, estará tanta Viva y Real, como yo lo estoy ahora en medio de vosotros. Llamadla con el rezo del Santo Rosario y Yo, su Hijo, me dejaré encontrar por aquellos que me busquen con sincero corazón. Mi Madre es el puente para llegar a Mí y todo aquel que permanezca junto a mi Madre en aquellos días de angustia, tendrá su protección y no estará solo. Yo vendré a vosotros a través de mi Madre, para consolaros y fortaleceros espiritualmente y así como en pentecostés os daré también a vosotros mi Espíritu para que seáis portadores de mi verdad y de mi evangelio e iluminéis la oscuridad de aquellos días.
Necesito amados míos, que desde ya os vais preparando para el gran combate espiritual que os dará la libertad. Acordaos que las armas que os doy son poderosas en el espíritu para el derrumbamiento de fortalezas. Aceitad pues vuestra Armadura Espiritual con la oración, ayuno y penitencia; haced todos los días a mañana y noche el Santo Rosario junto a mi Madre; leed mi Santa Palabra, especialmente mi Evangelio y hechos de los Apóstoles. Practicad la justicia, el amor y la caridad con vuestros hermanos y alimentaos lo más que podáis de mi Cuerpo y de mi Sangre, para que seáis verdaderos soldados espirituales. El Santo Rosario a mi Madre, será el puente que os comunicará conmigo en los días de la gran tribulación. Tened pues en cuenta estas instrucciones para que permanezcáis unidos en los días de oscuridad que se aproximan.
Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro, Jesús Sacramentado.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.