¡NO SOLTÉIS MI ROSARIO, ORAD A TODO INSTANTE, PORQUE MI ADVERSARIO NO DESCANSA BUSCANDO LA FORMA DE HACEROS PERDER!
OCTUBRE 8 DE 2013 – 8:35 A.M.
LLAMADO DE MARÍA ROSA MÍSTICA A LOS HIJOS DE DIOS
Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con vosotros y mi protección maternal os asista.
La humanidad muy pronto pasará
por la eternidad, el despertar de conciencias va a coger a muchos sin
estar preparados espiritualmente. Hijitos míos, permaneced orantes y
vigilantes, porque los ataques mentales se han intensificado. Mi
adversario está atacando la mente de los hijos de Dios para que se
distraigan en la oración y ésta no pueda hacerle daño.
Hijitos, debéis sellar vuestra
mente y toda oración que hagáis con la Sangre de mi Hijo, para que mi
adversario no pueda robársela; pedid la ayuda del Santo Espíritu de Dios
para que bloquee todo ataque mental en vuestras mentes, porque mi
adversario lo que busca es distraeros para robarse la oración. Espíritus
mentales están atacando la mente del pueblo de Dios con engaños,
distracciones, impurezas, blasfemias, maldiciones, temores, angustias,
desesperos; cada que empezáis a orar, se filtran por la mente para
distraeros y desviaros de la oración. Por eso hijitos, debéis sellaros
con la Sangre de mi Hijo y combatir estos espíritus mentales con las
armas que el cielo os ha dado, las cuales son poderosas en el Espíritu
para el derrumbamiento de fortalezas.
Reprended todo espíritu del
mal en el nombre de mi Hijo y llevadlo a los pies de la Cruz, para que
mi Hijo les de la destinación que les corresponde. Acordaos que vosotros
sois soldados del ejército militante, no perdáis la cabeza, ni os
dejéis llenar de temores; que la oración sea vuestra fortaleza y la fe y
confianza en Nuestros Dos Corazones, sean vuestra victoria de cada día.
No soltéis mi rosario, orad a todo instante, porque mi adversario no
descansa buscando la forma de haceros perder.
El tiempo hijitos, cada vez es
más corto y la batalla espiritual cada vez es más cruenta. Sólo la
oración, el ayuno, la penitencia y la Santa Eucaristía os mantendrán
firmes en el combate. Si os apartáis de Dios, corréis el riesgo de
perderos, porque las huestes del mal ya están aquí en la tierra. Muchas
fuerzas malignas vagan ya por el espacio buscando la forma de hacer
perder el mayor número de almas, para que cuando haga su aparición el
ser de iniquidad no encuentre mucha resistencia.
Hago un llamado a mi ejército
militante: ¡que vuestra prioridad sea rescatar el mayor número de almas
para el cielo!. Orad, ayunad y haced penitencia por aquellas almas más
apartadas de Dios, para que le sean arrebatadas a mi adversario y puedan
así alcanzar misericordia. Mi Rosario es el arma más poderosa con que
contáis para combatir el enemigo. Mi adversario lo detesta y le teme,
porque sabe que un rosario hecho con fe, humildad y meditado, le derriba
sus planes y le arrebata muchas almas. Ofreced mi Santo Rosario por el
rescate de las almas más necesitadas de la misericordia de Dios que
vagan por este mundo, y yo vuestra Madre, se las arrebataré a mi
adversario para que no caigan en el fuego del infierno. ¡Adelante hijos
de Dios, levantad mi estandarte y no soltéis mi rosario, porque la
salvación de las almas está en juego!.
Vuestra Capitana y Señora, María Rosa Mística.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.
Después de haber recibido este
mensaje de nuestra Señora y Reina, se hizo presente San Miguel y me
dictó esta oración para todo el pueblo de Dios.
ORACIÓN DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL PARA PROTECCIÓN DEL PUEBLO DE DIOS Y RESCATE DE LAS ALMAS MÁS NECESITADAS DE ESTE MUNDO
¡Oh poderoso e invencible
adalid, San Miguel Arcángel, vencedor del dragón infernal!, ven, ven,
ven y cúbrenos con tu armadura, ilumínanos con tu luz, escóndenos en tus
alas y protégenos con tu gloriosa espada. Que al pronunciar tu Nombre:
Quién es como Dios, seamos protegidos y amparados por tu celestial
persona.
Oh, bendito San Miguel, nos
unimos al gran ejército celestial y nos sometemos a ti, poderoso Adalid,
para que seas nuestro guía, nuestro defensor y nuestra luz, que nos
lleve junto con Nuestra Señora y Reina María a las puertas de la
Jerusalén Celestial.
¡Quién es como Dios!. Nos
unimos a tu glorioso grito de batalla y confiamos en tu santa
protección, que nos librará de las asechanzas y dardos incendiarios del
maligno. Te ofrecemos nuestros trabajos y luchas de cada día, por la
salvación de las almas, especialmente por las más necesitadas de la
misericordia de Dios, que vagan por este mundo, para que tú, oh bendito
San Miguel, las protejas, liberes, guíes y lleves seguras a la gloria
del Padre Celestial. Amén.
Quién es como Dios, nadie es como Dios (3 veces).
Quién es como Dios, nadie es como Dios (3 veces).
(Hacer esta oración mañana y noche)