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São José

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domingo, 15 de junho de 2014

UNA SERIA REFLEXIÓN DE LA REALIDAD QUE VIVIMOS… Por Luz de Maria 14.06.2014

UNA SERIA REFLEXIÓN DE LA REALIDAD QUE VIVIMOS…
Por Luz de Maria
14.06.2014
 

Ante la indiferencia que cubre a la humanidad, miro hacia lo alto y no puedo ser ignorante ante la distancia que en este instante se acrecienta entre el hombre y Su Creador.
 
La dura y a la vez temerosa mente humana se enfrenta vertiginosamente ante un panorama totalmente impensable e inesperado para esta generación, éste gestado a través de los años por el mismo hombre. La Naturaleza ha sido destruida con la permisión de quienes lideran las Naciones, de los científicos encargados del medio ambiente y de los que están en las diversas ramas que procuran el bienestar de los recursos naturales.  Ejemplo de ello es la contaminación del agua, la cual es insalubre ya que el hombre lanza desechos químicos y residuos de industrias en los riachuelos y vías pluviales, hasta llegar al grado en que nos encontramos  en este instante: los mares contaminados por la energía nuclear, la tierra por consecuencia sufre estos efectos y… ¿qué pasa con la salud del hombre?
 
Hermanos, hay lugares del Planeta en donde el agua potable no existe, y nuestros hermanos mueren de sed, enferman y mueren. En medio de tanto adelanto científico tecnológico, la misma ciencia es temerosa de los resultados a enfrentar a corto plazo, ya que no  previene los alcances negativos de cuanto ha traspasado en su afán de poder.

 
¿Será que somos una humanidad ignorante o desinteresada? Podría atreverme a señalar que las dos opciones son válidas en este instante; el ignorante se considera no responsable y el desinteresado conoce la magnitud de lo venidero pero espera tiempo, ese que ya no existe…
 
Solo sé que este instante lleva al hombre hacia lo que ha desconocido en el campo de acción, pero conoce en la ficción, quizá de una película o de un filme, o de un video juego… no lo sé, sólo sé que el hombre aprende y este aprendizaje en ocasiones es doloroso.
 
Cristo se me ha presentado en un éxodo al que le lleva el hombre mismo, cediendo a los falsos ídolos de este instante, dándoles el lugar que sólo Cristo puede y debe ocupar. Cuando miro a los Divinos Ojos de Cristo  y en Ellos miro la profunda e indescriptible mirada del dolor… es cuando esos Llamados constantes hacia el hombre, no se pueden acallar, aun si éstos son acogidos por un pequeño número.
 
Ningún esfuerzo se pierde en este llamar a las almas, llamar a la conciencia del hombre. En anteriores Mensajes para toda la humanidad, el Cielo se dirigió a todos para que escucharan; en este instante ese “todos”, se ha transformado en un llamado personal a cada uno en particular. Precisamente para que individualmente nos miremos hacia el interior, y cada uno se comprometa con el llamado, sin atenerse a que los demás harán el trabajo espiritual.
 
El hombre de antes, al no contar con la tecnología actual, era conocedor de lo que acontecía en el mundo porque leía más asiduamente, o se mantenia al pendiente de todo; en este instante la tecnología ha invadido al ser humano, y el pensamiento, la memoria y la mente son pasivos; no es necesario utilizarlos porque la tecnología hace todo por el hombre. Y en ese hacer todo por el hombre, en el inconsciente humano, se ha priorizado la tecnología y dejado atrás  la capacidad de razonar, y por supuesto a Dios.
 
Los avisos en anteriores Apariciones de la Madre Santísima han sido ignorados, y Ella adelantó los sucesos que se darían en futuro si no se le obedecía. Los tenemos ante nuestros ojos a punto de suceder unos, y otros ya cumplidos, como el comunismo que ha tomado los países pequeños y de ahí está tomando su poderío para establecerse con fuerza en todo el mundo.
 
Son varios los desafíos a los que la humanidad se va a enfrentar, este instante le exige al hombre ser mejor en todo aspecto. Nos enrumbamos a un cambio, que lo vivirán nuestros hijos, nietos, sobrinos, etc., siendo criaturas de fe, o no, todos padecerán en igual medida.
 
La humanidad venía viviendo dentro de una mediocre subsistencia, más o  menos consciente de lo que poseía, pero en este instante el mismo hombre ha definido su futuro; por ejemplo, el hombre ha influido en el cambio climático mediante la deforestación, la contaminación de los manantiales y mares con la energía nuclear, los químicos y tóxicos, y demás materiales  químicos que entierra en los desiertos,  y màs. Todos los hombres saben que su comportamiento no es el correcto y lo que hacen no es lo correcto, pero viven en la indiferencia.
 
La naturaleza se prepara para su cambio, un cambio que sabemos es periódico, pero en esta generación el hombre ha influido en ese cambio, lo ha adelantado y ha provocado la reacción de la misma naturaleza en contra del libre albedrío del hombre que le ha atacado, destruido y deformado.
 
La humanidad debe tomar conciencia de cuanto se acerca, lo advierte la Casa Paterna y lo constata la ciencia aunque ésta no dice la realidad claramente, quizá esperando a que los gobernantes de las Naciones alerten a sus ciudadanos, pero éstos  no lo hacen.
 
El hombre se ha entregado en manos de las grandes industrias, y éstas producen alimentos contaminados, por ejemplo los alimentos transgénicos, los animales se mantienen en peligro de extinción y los recursos naturales están extinguiéndose…  El hombre continúa ignorando esto que se sabe. La indiferencia sobresale: mientras en el mundo unos seres humanos mueren de hambre, otros tiran los alimentos.
 
Esta generación olvida pronto, pero debemos recordar algunos episodios dolorosos en los que la dureza del mismo hombre ha llevado la batuta; La energía nuclear: el potencial enemigo de este instante, ha traído sufrimiento, por ejemplo: el primer accidente nuclear serio en Ottawa, Canadá, el 12 de diciembre de 1952,  en la planta de Chalk River. El núcleo se fundió parcialmente y en mayo de 1958 en esa misma planta un incendio produjo una fuga radioactiva.  Así se han dado varios y más graves accidentes nucleares y el uso voluntario de la misma, en Hiroshima y Nagasaki contra población civil, sin dejar de lado el desastre de Chernovil.
 
Esta generación vive en medio de la radioactividad del desastre de Fukushima, Japón, que nos mantiene bajo una constante exposición a esta sombra de muerte. Y como estos accidentes, ¿cuántos más deberá enfrentar el hombre?, unos causados por errores humanos y otros porque algunas de las plantas nucleares se encuentran en fallas sísmicas potencialmente predispuestas a activarse en algún momento.  Sin enfocarme en las más de 2200 pruebas nucleares que han llevado a cabo en el mar, en la tierra, en la atmosfera y en la estratosfera.
 
Se  ha advertido tanto al hombre… y el hombre no atina a enfocar su mente en las consecuencias de este terrible flagelo, que  gran cantidad de países tiene en sus manos y esta puede ser la causa de la extinción de la raza humana en esta generación, amén de una Tercera Guerra Mundial.
 
Otro tema es la alimentación, que contaminada, llega a cada ser humano, en especial los alimentos provenientes de semillas transgénicas causando cáncer, alergias y diversas enfermedades en el cuerpo y alterando la psiquis del hombre.
 
Las largas exposiciones al sol, cuyas explosiones traen consigo cantidad de rayos geomagnéticos que afectan a la Tierra y por ende alteran el comportamiento del ser humano. ¿Qué podremos esperar si el sol se mantiene bombardeando la Tierra alterando el campo magnético y por ende al hombre? 
 
Todo está en manos del hombre, de cada uno en particular;  el cual es el menos consciente del acontecer de este instante. Si el hombre desconoce todo esto, la ira se volverá incontenible, como ya lo estamos viviendo. El grado de ira del ser humano se eleva en gran medida, hasta desconocerse a sì mismo.
 
El Cielo nos advierte una y otra vez. El hombre ya ni se mantiene expectante sino hace caso omiso de esta alerta del Cielo y continúa viviendo en un paraíso ficticio…, y el despertar será fatídico.
 
La conciencia debe ser despertada por nuestra disposición y por ese deseo interior de unirnos cada instante a la Voluntad Divina.  No lograremos cambiar a toda la humanidad por nosotros mismos, pero si obramos y actuamos en la Voluntad de Dios, cada uno se multiplicará al infinito.
 
No esperemos únicamente al Dios de Misericordia, sino seamos realistas; ¿qué merece esta generaciòn, sino una pronta Justicia Divina, y la dureza de la Mano Divina?   Un segundo diluvio de fuego es el que espera a las puertas al hombre. La humanidad es mercader en el Templo Divino que es la Tierra, y Cristo nos ha revelado el destino de quienes no le obedecen y de los tibios. La Justicia Divina es negada, siendo una realidad plasmada en la Sagrada Escritura, ¡qué pena me causa el que en este instante, se presente al hombre un Dios sólo de amor y que perdona siempre las atrocidades del hombre, sin darle una lección para que se enmiende!
 
Es necesario el preguntarse: ¿qué papel estamos  jugando dentro de este Planeta que Dios nos ha dado? ¿Somos indiferentes o estamos conscientes del instante decisivo que vivimos y las amenazas que nos rodean?
 
Hermanos, reflexionemos y reaccionemos, antes de que el hombre se destruya a sí mismo y el Cielo envìe de lo alto Su Justicia.