A UNIÃO INDIVISÍVEL DOS TRÊS SAGRADOS CORAÇÕES

São José

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terça-feira, 5 de agosto de 2014

LLAMADO DE SAN MIGUEL Y LA MILICIA CELESTIAL A LOS HIJOS DE DIOS


 Uma Visão assustadora sobre o lugar do Inferno.

¡SIMIENTE DE MI PADRE, PERMANECED UNIDOS EN LA ORACIÓN Y POR NINGÚN MOTIVO PERDAIS LA FE Y LA CONFIANZA EN DIOS!
Agosto 05 de 2014 8:10 a.m.
LLAMADO DE SAN MIGUEL Y LA MILICIA CELESTIAL A LOS HIJOS DE DIOS
Hermanos, que la paz del Altísimo esté con vosotros.
Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. Alabad y ensalzad la majestad del Dios Supremo, porque grande es su amor y eterna es su misericordia.
Hermanos, los días de la gran tribulación se están acercando y muchos de vosotros no vais a resistir la prueba. En mi nombre y en el de mis hermanos los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial, queremos haceros un llamado a vosotros los que andáis por este mundo sin Dios y sin ley. ¡Retomad lo más pronto posible el camino de vuestra salvación; no seáis tan testarudos; despertad y tomad conciencia porque lo que está en juego es vuestra vida!.
Hermanos indóciles, ¿no sabes que si seguís por la senda del mal, vuestras almas se van a perder eternamente? Aprovechad estos últimos instantes de misericordia que mi Padre os regala para que volváis a Él, y así podáis mañana habitar su Nueva Creación. Os digo, que ya mis hermanos los Ángeles de la justicia divina están listos para derramar sus copas sobre esta humanidad ingrata y pecadora de estos últimos tiempos. Solo falta el Aviso de mi Padre que está por llegar para que se dé comienzo al tiempo de la justicia divina. ¡Pobres de vosotros mortales, porque no sabéis a lo que os vais a enfrentar!.


Hermanos, la paz está por derrumbarse, las naciones se están preparando para la guerra; el dolor, el llanto y el luto, muy pronto cubrirán la creación de mi Padre. ¡Simiente de mi Padre, permaneced unidos en la oración y por ningún motivo perdáis la fe y la confianza en Dios! No tengáis miedo, nosotros estamos con ustedes; invocadnos y gustosos vendremos en vuestro auxilio. Acordaos que respetamos vuestro libre albedrío, pero si nos llamáis, acudiremos a daros nuestra protección y a luchar por vosotros combatiendo toda fuerza del mal.
Hermanos terrenales, la hora de las tinieblas está cerca; en los días de tribulación, no os canséis de alabar la Gloria de Dios. Haced cadenas de oración con vuestros hermanos para que os sea más fácil permanecer en victoria. Id desde ya haciendo estas cadenas de oración para que forméis fortalezas espirituales y mi adversario no pueda con sus dardos venenosos e incendiarios haceros daños. Acordaos que la unión hace la fuerza, así decís en este mundo y será la fuerza de la oración, el amor, el perdón y confianza en Dios, lo que os dará la victoria sobre las fuerzas del mal.
Os regalo hermanos esta oración a mi Espada para que la hagáis y destruyáis todo poder del mal, es Armadura Espiritual para los días de combate que se aproximan.
ORACIÓN A LA ESPADA DE SAN MIGUEL
Oh glorioso San Miguel, vencedor del dragón infernal, poderoso adalid de los ejércitos celestiales. Dígnate protegernos con tu gloriosa espada para que también nosotros podamos en este mundo derrotar el maligno y sus huestes del mal. Oh gloriosa espada de San Miguel, venid en nuestro auxilio; defiéndenos y cúbrenos con los rayos del poder celestial para que la luz de tus rayos ciegue a satanás y los someta bajo nuestros pies. Oh amado Miguel, que tu gloriosa espada venga espiritualmente a nosotros por la gracia de Dios para que junto a ti y al ejército celestial, digamos a una sola voz: Quien como Dios, nadie como Dios.
Gloriosa Espada de San Miguel: De las acechanzas del maligno, protégenos. En la oscuridad y las tinieblas, ilumínanos. De las tentaciones del demonio, líbranos y defiéndenos en la batalla espiritual de cada día. / Oh Gloriosa Espada de San Miguel, sed nuestra protección de noche y de día, para que también nosotros el ejército militante derrotemos de la faz de la tierra a satanás y sus demonios que buscan nuestra caída para robarnos el alma. Aleluya, Aleluya, Aleluya. Amén.
Vuestro Príncipe y Hermano, Miguel Arcángel, y los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial.
Dad hermanos a conocer este mensaje a toda la humanidad.