¡SIMIENTE DE MI PADRE, PERMANECED UNIDOS EN LA ORACIÓN Y POR NINGÚN MOTIVO PERDAIS LA FE Y LA CONFIANZA EN DIOS!
Agosto 05 de 2014 8:10 a.m.
LLAMADO DE SAN MIGUEL Y LA MILICIA CELESTIAL A LOS HIJOS DE DIOS
Hermanos, que la paz del Altísimo esté con vosotros.
Gloria a Dios, Gloria a Dios,
Gloria a Dios. Alabad y ensalzad la majestad del Dios Supremo, porque
grande es su amor y eterna es su misericordia.
Hermanos, los días de la gran
tribulación se están acercando y muchos de vosotros no vais a resistir
la prueba. En mi nombre y en el de mis hermanos los Arcángeles y Ángeles
de la Milicia Celestial, queremos haceros un llamado a vosotros los que
andáis por este mundo sin Dios y sin ley. ¡Retomad lo más pronto
posible el camino de vuestra salvación; no seáis tan testarudos;
despertad y tomad conciencia porque lo que está en juego es vuestra
vida!.
Hermanos indóciles, ¿no sabes
que si seguís por la senda del mal, vuestras almas se van a perder
eternamente? Aprovechad estos últimos instantes de misericordia que mi
Padre os regala para que volváis a Él, y así podáis mañana habitar su
Nueva Creación. Os digo, que ya mis hermanos los Ángeles de la justicia
divina están listos para derramar sus copas sobre esta humanidad ingrata
y pecadora de estos últimos tiempos. Solo falta el Aviso de mi Padre
que está por llegar para que se dé comienzo al tiempo de la justicia
divina. ¡Pobres de vosotros mortales, porque no sabéis a lo que os vais a
enfrentar!.
Hermanos, la paz está por
derrumbarse, las naciones se están preparando para la guerra; el dolor,
el llanto y el luto, muy pronto cubrirán la creación de mi Padre.
¡Simiente de mi Padre, permaneced unidos en la oración y por ningún
motivo perdáis la fe y la confianza en Dios! No tengáis miedo, nosotros
estamos con ustedes; invocadnos y gustosos vendremos en vuestro auxilio.
Acordaos que respetamos vuestro libre albedrío, pero si nos llamáis,
acudiremos a daros nuestra protección y a luchar por vosotros
combatiendo toda fuerza del mal.
Hermanos terrenales, la hora
de las tinieblas está cerca; en los días de tribulación, no os canséis
de alabar la Gloria de Dios. Haced cadenas de oración con vuestros
hermanos para que os sea más fácil permanecer en victoria. Id desde ya
haciendo estas cadenas de oración para que forméis fortalezas
espirituales y mi adversario no pueda con sus dardos venenosos e
incendiarios haceros daños. Acordaos que la unión hace la fuerza, así
decís en este mundo y será la fuerza de la oración, el amor, el perdón y
confianza en Dios, lo que os dará la victoria sobre las fuerzas del
mal.
Os regalo hermanos esta
oración a mi Espada para que la hagáis y destruyáis todo poder del mal,
es Armadura Espiritual para los días de combate que se aproximan.
ORACIÓN A LA ESPADA DE SAN MIGUEL
Oh glorioso San Miguel,
vencedor del dragón infernal, poderoso adalid de los ejércitos
celestiales. Dígnate protegernos con tu gloriosa espada para que también
nosotros podamos en este mundo derrotar el maligno y sus huestes del
mal. Oh gloriosa espada de San Miguel, venid en nuestro auxilio;
defiéndenos y cúbrenos con los rayos del poder celestial para que la luz
de tus rayos ciegue a satanás y los someta bajo nuestros pies. Oh amado
Miguel, que tu gloriosa espada venga espiritualmente a nosotros por la
gracia de Dios para que junto a ti y al ejército celestial, digamos a
una sola voz: Quien como Dios, nadie como Dios.
Gloriosa Espada de San
Miguel: De las acechanzas del maligno, protégenos. En la oscuridad y las
tinieblas, ilumínanos. De las tentaciones del demonio, líbranos y
defiéndenos en la batalla espiritual de cada día. / Oh Gloriosa Espada
de San Miguel, sed nuestra protección de noche y de día, para que
también nosotros el ejército militante derrotemos de la faz de la tierra
a satanás y sus demonios que buscan nuestra caída para robarnos el
alma. Aleluya, Aleluya, Aleluya. Amén.
Vuestro Príncipe y Hermano, Miguel Arcángel, y los Arcángeles y Ángeles de la Milicia Celestial.
Dad hermanos a conocer este mensaje a toda la humanidad.