¡PUEBLO MÍO, TODO HA
COMENZADO A AGITARSE; ID ACOSTUMBRÁNDOOS DESDE AHORA A CONVIVIR CON LOS
MOVIMIENTOS TELÚRICOS, PORQUE MI TIERRA COMENZARÁ A TAMBALEARSE EN
TODOS SUS CONTINENTES!
Diciembre 17 de 2014 – 8:35 A.M.
LLAMADO URGENTE DE DIOS PADRE A SU HEREDAD
Paz a vosotros, pueblo mío, heredad mía.
El año que está por comenzar
será de gran agitación, ya que mi creación entrará en la etapa de la
gran transformación. La duración del tiempo se acortará más debido a la
rotación acelerada que sufrirá mi tierra, por todos los cambios que se
darán en el universo y en su interior. La duración del tiempo será de
14 horas; preparaos pueblo mío, para que podáis sobrellevar estos días
que se aproximan que serán de gran movimiento y agitación en vuestras
vidas y en mi creación. No entréis en pánico, sabed que todo hace parte
de mi voluntad para que mañana mi resto fiel pueda habitar mis nuevos
cielos y mi nueva tierra.
¡Pueblo mío, todo ha
comenzado a agitarse; id acostumbrándoos desde ahora a los movimientos
telúricos, porque mi tierra comenzará a tambalearse en todos sus
continentes!. Los dolores de parto de mi creación comenzarán a
sentirse; guardad la calma, orad, alabad y haced penitencia; no
desfallezcáis, ni perdáis la fe, porque todo esto que está por suceder
os lo vengo anunciando con mucha anticipación, para que os preparéis y
nada os coja por sorpresa.
El agua va a escasear por
todos estos cambios que sufrirá mi creación; aprovisionaos desde ahora
de este bien natural, porque llegará el momento en que no la vais a
poder beber por la contaminación que del cielo caerá y por los cambios
bruscos que se darán en el clima. Habrá escasez de alimentos para que
os proveáis desde ahora; tened reserva de granos y alimentos no
perecederos; no dejéis todo para última hora, porque de seguro cuando
lleguen estos días ya no encontraréis nada. Escuchad mis palabras y
ponedlas en práctica, para que podáis sobrevivir en los días de escasez
y angustia que se aproximan.
Entonad cánticos de alabanza a
vuestro Padre en aquellos días, así como lo hicieron mis tres jóvenes
cuando fueron tirados al horno, por el rey Nabucodonosor. (Daniel 3.
51) La alabanza que hagáis a vuestro Padre os hará más llevaderas las
pruebas que se acercan y ninguno de los que me alaben morirán. Acordaos
que seréis probados como se prueba el oro en el fuego para que mañana
podáis brillar como crisoles y ser dignos de ser mi Pueblo Elegido.
La oración, la alabanza, el
ayuno y la penitencia, debe ser vuestra fortaleza espiritual en aquellos
días; no lo olvidéis, porque muchos se van a perder por la falta de
oración y su débil fe. Os digo que nunca antes se había visto
tribulación alguna en la tierra como la que está por comenzar; por eso
os pido que atendáis a mis instrucciones que como Padre os hago, para
que mañana no os perdáis al paso de mi Justicia Divina.
Quedad en mi paz, pueblo mío, heredad mía.
Vuestro Padre, Yhavé, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.