¡DESPUÉS DE MI AVISO Y MILAGRO HARÁN SU APARICIÓN EN PÚBLICO MIS DOS TESTIGOS!
6 DE FEBRERO DE 2013 – 8:20 A.M.
6 DE FEBRERO DE 2013 – 8:20 A.M.
LLAMADO URGENTE DE DIOS PADRE A LA HUMANIDAD
Pueblo mío, Heredad mía, paz a vosotros.
Después de mi aviso y milagro harán su aparición en público mis dos testigos.
Pueblo mío, acoged a mis
mensajeros y prestadles toda vuestra ayuda; ellos son mis testigos y yo
iré delante de ellos. Quien los acoja a mí me acoge, quien los rechace a
mí me rechazará. Mis dos olivos tienen el poder de atar y desatar, de
bendecir y maldecir; mi adversario no va a poder hacer lo que quiere,
porque ahí estarán mis dos testigos para destruir sus planes y su falsa
doctrina.
Mi pueblo escuchará mi voz y
se alegrará con la presencia de mis mensajeros, porque verán en ellos al
Dios de Israel que viene a rescatarlos. Mis dos testigos harán que
muchos caigan y otros se levanten; serán una piedra de tropiezo para mi
adversario y sus emisarios del mal; más para mi pueblo, serán consuelo y
esperanza.
Mis mensajeros están guiados
por la luz, la sabiduría y el poder del Espíritu, que mora en ellos.
Ninguna fuerza del mal podrá hacerles daño hasta que se cumpla el tiempo
de mi Santa Voluntad. Todos aquellos que atenten contra sus vidas,
morirán. Se les dará el poder sobre las aguas, para que las conviertan
en sangre y poder sobre la tierra para que la hieran con toda clase de
plagas, las veces que quieran. Se les dará también el poder de cerrar
los cielos por el tiempo que dure su predicación.
Mis dos testigos harán señales
y prodigios en mi Nombre y mi pueblo fiel los seguirá y escuchará. Los
emisarios del mal buscarán destruirlos pero no podrán, porque de sus
bocas saldrá fuego que los pulverizará. Mis dos olivos muy pronto
conoceréis, pueblo mío. Alegraos simiente del Dios de Israel, alegraos
montes y collados al paso de mis mensajeros, porque vienen a anunciar la
salvación, a rescatar a Jerusalén, atraer la buena nueva y a gritarle a
Sión: ¡Tu Dios vive, Tu Dios reina!.
Preparaos pues pueblo mío,
para que acojáis a mis mensajeros, porque su tiempo está por comenzar.
Prestadles toda vuestra ayuda porque vienen en mi Nombre. Ellos son mis
candelabros que alumbrarán la oscuridad de aquellos días y allanarán con
mi amada Hija y mis Ángeles el camino para el regreso triunfal de mi
Hijo. Quedad en mi paz, pueblo mío, heredad mía. Vuestro Padre, Yhave,
Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.