¡FALTA MUY POCO PARA QUE SE CONSUMA EN SU TOTALIDAD EL TIEMPO DE MI MISERICORDIA!
SEPTIEMBRE 25 DE 2013 – 6:35 A.M.
LLAMADO DE DIOS PADRE A LA HUMANIDAD
Paz a vosotros, hombres de buena voluntad.
La gran nación del norte en
cualquier momento desatará la guerra, porque escrito está que Damasco
desaparecerá y sólo ruinas de ella quedarán.
ORÁCULO CONTRA DAMASCO
Mirad, Damasco dejará de ser
ciudad, se trocará en montón de ruinas. Sus pueblos serán abandonados
para siempre; serán morada de ganados, que allí se tumbarán sin que
nadie los eche.
Desaparecerán los fortines de
Efraín, el reino de Damasco y el residuo de Siria quedarán como la
gloria de los israelitas. (Isaías 17, 1 al 3).
La paz de los hombres es
efímera, porque siempre estará sujeta a la voluntad humana que es tan
cambiante: Hoy hablan de paz y mañana hacen la guerra. Se acercan los
días en que se cumplirá todo cuanto está escrito y ya no habrá marcha
atrás. Falta muy poco para que se consuma en su totalidad el tiempo de
mi misericordia. ¡Ay de vosotros mortales, que continuáis en vuestro
desenfreno y pecado, porque no vais a tener tiempo de arrepentiros!.
Todo os vendrá de improvisto, un acontecimiento seguirá al otro y la
humanidad enloquecerá y clamará al cielo misericordia y ya no será
escuchada.
El tiempo de justicia está por
comenzar y va a coger a la inmensa mayoría de la humanidad sin estar
preparada. Muchas almas se van a perder por no querer atender a los
llamados del cielo, que en este tiempo de misericordia se vienen dando y
que llaman e invitan a la humanidad a la conversión. Cuando todo se
desate se van a escuchar los ayes de todos aquellos que hoy se niegan a
escucharme. Entonces dirán: Señor, Señor, ven a salvarnos, porque no
teníamos conocimiento de esto; y será muy tarde para estas almas porque
nadie las escuchará.
Vivieron apartadas de Dios en
el tiempo de su misericordia, le dieron la espalda; ¿cómo iban a
enterarse de mis llamados, si para ellas lo más importante era seguir
los dioses de este mundo?. ¡Oh, humanidad ingrata y pecadora, hasta
cuándo tendré que soportaros! Me duele y entristece que os perdáis;
pero, ¿qué más puedo hacer, si no queréis escucharme?.
Mi misericordia se está
agotando cada día más y más, ¿qué estáis esperando insensatos para
volver a Mí?. Cuando dejen de sonar las trompetas, comenzará el tiempo
de mi justicia, el cual será de purificación y ya no hallaréis más
misericordia hasta el día en que entréis en mi nueva creación. Os estoy
esperando humanidad pecadora; ¡decidíos de una vez, para que mañana no
tengáis de qué lamentaros!.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hombres de buena voluntad.