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São José

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segunda-feira, 28 de novembro de 2022

Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, continúan aferrados a lo material, ignorando lo pronto que lo material será un recuerdo ante la imposición de lo que llamarán una nueva moneda

 MENSAJE DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

A LUZ DE MARÍA
26 DE NOVIEMBRE DEL 2022

 

 

Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo:

 

SEAN COLMADOS DE LAS BENDICIONES DE LA TRINIDAD SACROSANTA Y DE NUESTRA REINA Y MADRE.

 

Soy enviado de la Trinidad Sacrosanta:

 

AL DAR INICIO AL TIEMPO DE ADVIENTO VENGO A RECORDARLES:

 

El deber de vivir la paz en el corazón de cada uno de ustedes.
El deber de llevar la Luz Divina en cada uno y ser luz para sus hermanos.


Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, los hijos del Rey deben prepararse para vivir el Adviento arrepintiéndose de los pecados cometidos y a la vez manteniendo la Fe, la Esperanza y la Caridad.

 

Los hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo encienden la primera vela de este Adviento en cada templo, en cada hogar, en cada corazón, conociendo que Nuestro Rey y Señor Jesucristo es la luz del mundo (Jn. 8,12) y permanecerá encendida esa luz por los siglos de los siglos.

 

Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, continúan aferrados a lo material, ignorando lo pronto que lo material será un recuerdo ante la imposición de lo que llamarán una nueva moneda (1). La reacción de la humanidad será el llanto al perder el dominio sobre lo material. La criatura humana será sometida.

 

Hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, cuando miro el paganismo, miro en medio de la humanidad cómo se desprecia a sí misma la criatura humana al permitirse continuar viviendo en las sombras.

 

ESTE ES EL MOMENTO PARA QUE LA CRIATURA HUMANA ENVÍE LEJOS EL LIBERTINAJE Y ACEPTE SER CADA MOMENTO MÁS DE LA TRINIDAD SACROSANTA Y DE NUESTRA REINA Y MADRE DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS.

 

¡CONVIÉRTANSE YA! (Mc. 1, 14-15) No deben esperar. Es urgente que los hijos de Nuestro Rey y Señor Jesucristo inicien el camino de la conversión y refuercen la Fe.

 

Esta generación se encuentra dominada por el poder terreno.  El maligno se ha propuesto destruir la familia y llevar a la criatura humana a despreciar a Nuestra Reina y Madre.

 

Esta generación se encuentra en grave peligro ante los grandes volcanes alrededor del mundo que despiertan uno tras otro.

 

Oren hijos de Dios, oren por Japón, padece por la naturaleza y por sus semejantes.

 

Oren hijos de Dios, oren, el padecer llega a Brasil.

 

Oren hijos de Dios, San Francisco, padece por la naturaleza.

 

Oren hijos de Dios, oren por Chile, Sumatra, Australia, son estremecidos por la fuerza de la naturaleza.

 

Pueblo de Nuestro Rey y Señor Jesucristo, continúen labrando el terreno espiritual, aumentando la Fe, la Esperanza y la Caridad.

 

SEAN AMOR Y “LO DEMÁS LO RECIBIRÁN POR AÑADIDURA” (Mt 6, 33).

 

La humanidad es purificada, es necesario que por la purificación el Amor Divino reine en cada corazón.

 

Les bendigo con Mi Espada en alto.

 

San Miguel Arcángel

 

AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA

 

  1. Sobre la caída de la economía, leer…

 

COMENTARIO DE LUZ DE MARÍA

 

San Miguel Arcángel nos llama al iniciar el Tiempo de Adviento, a que nos mantengamos siendo amor para que lo compartamos con nuestros hermanos. Necesitamos que el amor de frutos de fe, esperanza y caridad, representados en la vela que encendemos, como señal de que la Luz Divina no se va a apagar en el mundo, jamás.

 

Tenemos un llamado a desterrar el libertinaje y a vivir en conversión, porque el ser espiritual debe llevarnos a vivir más cerca del Señor.

 

Los cambios que continuaremos viviendo nos enfrentarán a la dureza de lo que es vivir en el materialismo y de un momento a otro no contar con nada. ¿Qué hará el hombre? 

 

En este momento tenemos un declive muy serio en lo espiritual, tanto que la división es el peor enemigo de todo aspecto en la sociedad, y más dentro de la Iglesia.

 

Hermanos, seamos amor y lo demás se da por añadidura. (conf, Mt 6,24-34)